Le llamaban padre porque ellos eran niños y no sabĂan que les violaba. CreĂan que aquel era el precio por tener una familia.
Una conversaciĂłn en Facebook disparĂł la alarma. Un hombre, David Donet, se ofrecĂa a hacerle a un menor fotos «erĂłticas o insinuantes». Un agente de policĂa tirĂł del hilo y Ă©ste le llevĂł a la casa de Castelldans âun pequeño pueblo de Lleidaâ en la que vivĂan Donet y los adolescentes que tenĂa en acogida. El registro policial sacĂł a la luz decenas de cintas en las que se veĂan los «actos de amor» filmados por el pederasta a lo largo de 17 años. La prensa empezĂł a hablar de «la casa de los horrores».
A partir de una labor de documentación excepcional y poniéndose en la piel de los protagonistas de la historia, Carles Porta construye un texto trepidante en el que lo que estremece no son los detalles escabrosos (no los hay): lo que pone los pelos de punta es cómo este caso deja al descubierto el modo en que el horror puede convertirse en normalidad.
Kaury
7/3/2022
Es fuerte la lectura sobre el tema de la pederastia, pero la lectura de este libro permite entender lo vulnerables que son ls niños cuando no tienen protecciĂłn de sus familias, y lo increĂblemente manipulador que puede ser el victimario. No sĂłlo se tata de pruebas 'psicotĂ©cnicas' para detectar a estos depredadores sino de enseñar a los niños a no guardar secretos ni tener miedo a decir la verdad. Pero para que eso ocurra debe haber un referente seguro a quien poder acudir y que el niño sea creĂdo sin tener que ser revictimizado por falta de credibilidad de los adultos a quienes acuda en busca de auxilio.