Una auténtica revolución de la comunicación con los más pequeños.
Es muy frustrante para una familia oír gruñir o llorar a su bebé y no saber exactamente qué le ocurre o qué es lo que quiere. O que rechace la comida y no saber si no le gusta o le duelen la tripa o los dientes. Pero antes que aprender a hablar, los bebés pueden aprender, por imitación y asociación, a utilizar la lengua de signos.
En Estados Unidos es una técnica que se emplea desde 1982, pero en España se está empezando a conocer y puede suponer una auténtica revolución de la comunicación con los bebés.