Apunto de entrar a su habitación, se dio vuelta una vez más, su mirada recayó sobre Deodatus y, con el picaporte en la mano, ¡se quedó como petrificado! Sus lúgubres ojos irradiaban un fuego salvaje, al tiempo que una palidez cadavérica recubría su convulsivo y trémulo rostro.
Unánimemente reconocido por la historia de la literatura como el gran precursor del relato fantástico moderno, E. T. A. Hoffmann ha gozado de una oscilante fortuna en el mundo de habla hispana, que ciertamente lo menciona mucho más de lo que lo lee. Pero su obra, a veces relegada al ámbito de la literatura infantil y juvenil, y a menudo publicada en forma de cuentos aislados y sin mayor cuidado filológico, es mucho más consecuente y extensa de lo que suele suponerse.
E. T. A. Hoffmann (1776-1822), figura principal del romanticismo alemán, cultivó sobre todo la literatura fantástica y de horror. Fue, además, un notable compositor y crítico musical, jurista, y artista plástico. En sus cuentos crea una atmósfera de pesadilla alucinante, y aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura, y el mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant y Fiodor Dostoievski.