La meditación de plena conciencia no se limita a prácticas llamadas 'formales' sentados o acostados en una posición inmóvil. Existen muchas meditaciones en movimiento, como caminar con plena conciencia, o ejercicios físicos muy simples y suaves sin ninguna dificultad. Proceden de disciplinas como el yoga, el tai chi o el Qi gong, por ejemplo.
No necesitamos ser deportistas para practicarlos; son muy accesibles. Mantengamos en mente que nuestros cuerpos son todos diferentes y a veces podemos estar limitados en nuestros movimientos, ya sea debido a un accidente, rigidez, o cualquier otra razón. En este caso, una instrucción prevalece: respetamos nuestros límites, no nos forzamos, y es perfectamente posible seguir el ejercicio imaginando los movimientos.
Estos ejercicios nos entrenan para ralentizar y regresar a nuestros cuerpos, a nuestro cuerpo, a las sensaciones en nuestro cuerpo. Esto nos ayuda a apaciguar la mente, a tomar conciencia de nuestros automatismos y a sentirnos más libres. Y así, progresivamente, encontrar o recuperar la serenidad y quizás el placer de simplemente estar en relación con lo que experimentamos."
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"La meditación de plena conciencia no se limita a prácticas formales donde te sientas o acuestes en una posición estática. Hay muchas meditaciones que involucran movimiento, como caminar con plena conciencia, o ejercicios físicos simples y suaves que son fáciles de hacer. Estos ejercicios provienen de disciplinas como el yoga, el tai chi o el Qi gong.
No necesitas ser atlético para practicarlos; son muy accesibles. Recuerda que nuestros cuerpos son todos diferentes, y a veces podemos tener movilidad limitada debido a un accidente, rigidez u otras razones. En tales casos, la clave es respetar tus límites y no forzarte. Puedes seguir el ejercicio imaginando los movimientos.
Estos ejercicios nos ayudan a ralentizar y reconectar con nuestros cuerpos, enfocándonos en las sensaciones dentro de ellos. Esto calma la mente, nos ayuda a ser conscientes de nuestros hábitos y nos hace sentir más liberados. Gradualmente, puedes encontrar o recuperar la serenidad y quizás disfrutar simplemente de estar presente con tus experiencias.