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Nadie me mata

audiobook


Este audiolibro está narrado en castellano. ¿Qué haría usted si un día despertara amnésico en un cuerpo que no es el suyo? ¿Qué haría usted si cada vez que se quedara dormido su alma cambiara de cuerpo y se viera así obligado a ser, sucesivamente, un perista tramposo, una actriz bellísima, una niña solitaria, un policía mafioso, una yonqui reenganchada? En un tiempo ignoto y en un Madrid terrorífico, roto en zanjas por las excavadoras y con la población presa del pánico por la gripe aviar, el protagonista de esta historia vaga de cuerpo en cuerpo intentando averiguar su propia identidad, intentando no enamorarse de una muchacha hacia la que sus distintos cuerpos lo llevan, intentando ver una película en la que sorprendentemente se hallan las claves de lo que le ocurre e intentando que no suceda un crimen del que ya ha sido testigo y del que conoce casi todo: el asesino, el arma homicida, el día y la hora. Todo menos la víctima. Nadie me mata es una obra que, desde el humor, la fantasía y muchos rasgos propios de la novela criminal, aborda la extrañeza del hombre del siglo XXI ante su cuerpo, ante la incomprensibilidad del ser y ante la incapacidad para reconocer la propia identidad.

Javier Azpeitia (Madrid, 1962) es autor de las novelas Mesalina (1989), Quevedo (1990), Hipnos (1996; premio Hammett de Novela Negra y llevada al cine por el director David Carreras), Ariadna en Naxos (2002) y Nadie me mata (Tusquets Editores, 2007). Como editor literario ha publicado, entre otras, las antologías Poesía barroca (1996), Libro de amor (2007) y Libro de libros (2008). Ha sido director literario de las editoriales Lengua de Trapo y 451 Editores, y profesor del máster en Escritura Creativa de Hotel Kafka y de los másteres en Edición de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Salamanca. En 2015 fue comisario de la exposición 500 años sin Aldo Manuzio, realizada por la Biblioteca Nacional de España, y participó en la muestra La fortuna de los libros, del Museo Lázaro Galdiano, donde uno de los incunables de Manuzio tuvo gran protagonismo.