(0)

Nunca des el 100, me dijo mi hermana

E-book


Nunca des el cien, me dijo mi hermana. Y me lo dijo con una sonrisa y de manera irónica. Su mensaje fue recibido —aunque yo pensaba que era un chiste—, y me lo dijo porque sabía que yo estaba preocupada y decepcionada de mí misma. Había cometido un error en mi trabajo de aquel momento con una publicación que mandé a imprimir, y ese error se iba a imprimir cientos de veces. Estaba mortificada. Pero la idea, frase, mantra «Nunca des el cien» me ha enseñado a que yo identifique cómo debo distribuir mis energías durante el día y entender que yo controlo la dedicación de mis esfuerzos. Yo creo en preocuparme, pero no agobiarme, para distinguir dónde sí debo dar lo mejor que tengo, que curiosamente es cuando estoy haciendo lo que me hace más feliz.