Un sacerdote no se puede casar. Un sacerdote no puede abandonar a su rebaño. Un sacerdote no puede romper la sagrada confianza que su parroquia ha depositado en él. Un sacerdote no puede abandonar a su dios.
Reglas que parecen obvias. Reglas por las que Tyler Bell prometió regir su vida tres años atrás, después de una tragedia familiar. Y siempre se le ha dado bien seguir las reglas. Hasta que apareció Poppy Danforth. Desde el momento en que escuchó su deliciosa voz a través de la mampara del confesionario, y no podía quitarse sus pecados de la cabeza, supo que estaba perdido.
Debería ser fácil dejar de lado sus pensamientos impuros cuando su fe lo es todo. Pero una vez que prueba el fruto prohibido, Tyler no puede evitar romper todas las reglas, aunque arda en el infierno por ello.
Esta es su confesión.
Elle
1/31/2025
Uff, a ver como explico esto... 😓😓 Quizá deba comenzar con lo bueno, aceptando que el libro me entretuvo, lo disfruté y me gustaron varias escenas. En lo personal, una de las cosas que más me gustó fue la introspección y la forma en la que el diálogo interno del personaje principal y narrador se desenvolvió hasta llevar a la conjetura final del libro. El padre Bello es uno de los mejores personajes masculinos que he leído en mucho tiempo, de verdad. Su inocencia, calidez y comprensión me cautivaron y entendí a la perfección sus motivación, su catarsis y su resolución (aunque esto último no me gustó tanto, pero no por él). Si os encontráis con un padre Bell en vuestras vidas, conoceréis a una buena persona, y si es hombre... Hermana, con ese sí coquetea. Quizá lo que más me gustó fue su inocencia, y aquí debo extenderme un poco más, y es que, en una novela de corte erótico, smut y demás, uno se espera que el personaje masculino sea un derroche de testosterona y piense más con su otra cabeza, y no es que que Bell no sea un hombre normal, es que hay mucha inocencia en su pensamiento, en la forma en la que ve la vida. Me puedo creer perfectamente que este hombre es un religioso, un hombre entregado al bienestar de la sociedad, un hombre que comete un error. Así es el personaje, y no sé cómo explicar la empatía que despertó en mí, esos momentos en los que solo quería consolarlo porque sabes cómo piensa y entiendes su dilema y quieres que todo acabe bien para él. Y... Ese es el lío... Pero a ver dejando de lado su personaje, quiero decir que esta historia está bien pensada, narrada y escrita. Con la excepción de que salta muy rápido a la acción coital, lo demás se cuece bien, y puede que en algunos puntos se torne lenta y deseas que avance un poco más, de ahí que le bajara una estrella, porque sí, se me hizo tedioso que no avanzara más rápido. Sin embargo, la trama y la forma en la que la autora la lleva, desglosandote por qué todo lo que pasa debía pasar, me gustó mucho. En libros como esté uno se da cuenta a la perfección del nudo real del libro, de lo que se esconde de la pantalla romántica y el bonito mensaje de trasfondo, ese en el que concuerda con el dicho de: si no es para ti, aunque te pongas, o algo así. Si quisiera sacar lo bueno y volverlo un libro excelente (para mí), le quitaría las últimas 20 páginas, más o menos. Ahora bien, debo aclarar que la razón por la que no me gustó por completo el libro se debe a una sola cosa que se transformó en dos: Poppy, inmadura, Dahnforth. La coprotagonista de esta historia es una mujer que sí me puedo creer, pero que adolece del vicio de ser una tonta, por no usar otra palabra. A ver, que nadie se enoje, pero chica, ¿era tan jodidamente difícil abrir la boca y ser clara? Si te crees una mujer madura, moderna, consciente de ti misma al punto de explotar tu deseo sexual sin importarte lo que puedan decir, las cosas que te inculcaron, si tienes esa clase de mentalidad, que la autora trata de ponerte durante toda la novela que ella tiene, no haces lo que la protagonista hizo al final. Ya basta de personajes inmaduros, basta de alargar las tramas con estúpidos racionamientos sin sentidos. Hay que tener los "ovarios" donde se debe y hacer bien las cosas. El personaje de Bell lo hizo, el tipo quería hacer bien las cosas, es un personaje racional, quizá muy romántico, lo que a mi juicio le juega en contra, pero Poppy... Poppy es inmadura, es ilógica, carece de crecimiento y no merece a Bell, es así de sencillo. Sí, la autora arruinó está novela para mí con esas últimas páginas, con esa falta de crecimiento en el personaje femenino y la estupidez de su grandiosidad, de su absurdo sacrificio, de sus... En fin, no me quiero enojar, porque si fuesen personas reales, sé que unas bofetadas no me hubiesen bastado para sacarle la tontería a la coprotagonista. Lo siento por ponerme violenta, pero es que me meto mucho en las novelas... 😅😅 Honestamente, me hubiese gustado que la autora tuviese el valor de dejarlo solo, de trazarle un camino en el que Poppy solo fuese la "herramienta" para encontrar quién realmente era él, y por qué no debía estar en una iglesia. Si soy sincera, ya sabía que eso no iba a ocurrir, estamos en una novela romántica, pero era el final que debía tener, o al menos uno de los que pudieron ser más centrados y reales, y no el que tuvo. La cobardía y la estupidez reinaron en las últimas páginas, y lamento decir que eso hizo que le quitará la otra estrella. Sí, es un libro bueno, pero no por las razones que debiera ser un libro de romance. Por cierto, hay un poco de incentivo hacia la religión aquí... 🤣🤣🤣
Mirayda
12/27/2024
Esperaba otra cosa
Pakycr
12/13/2024
El libro está muy bien pero el final es raro
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