La Relación del Japón, de Rodrigo de Vivero, gobernador y Capitán General de las Filipinas, narra los sucesos que vivió en 1609 tras naufragar en Japón durante un viaje rumbo a Nueva España, el actual México. Rodrigo llegó a la costa cerca de un pueblo llamado Yubanda, no muy lejos de la capital.
Vivero fue tomado prisionero pero a los pocos días se le reconoció como el gobernador de Filipinas, se le dio un trato privilegiado y se solicitó su presencia en las cortes del Shogun Tokugawa Hidetada, en Edo, y Ogosho Tokugawa Ieyasu, en Zurunda. Al llegar ante el Ogosho, Rodrigo de Vivero hizo varias peticiones a favor de las relaciones de Japón con el imperio español:
- libertad para que se practicase la religión cristiana en Japón,
- relación y amistad entre ambas naciones
- y el rechazo de cualquier contacto con los enemigos de Felipe III, en especial los holandeses con quienes el gobierno japonés mantenía vínculos.Tokugawa se mostró poco dispuesto a romper sus relaciones con los holandeses pero accedió al resto de las peticiones hasta 1611, en que proclamó la expulsión de las órdenes católicas y la prohibición de la práctica de esta religión en todo el territorio. Relación del Japón es un libro clave para entender la política imperial de España en el siglo XVII y la historia japonesa de esta época.