En Safari accidental Juan Villoro reĂșne crĂłnicas que lo confirman como uno de los mayores exponentes del gĂ©nero que Ă©l mismo denomina «el ornitorrinco de la prosa». Villoro visita a su SatĂĄnica Majestad Mick Lagger, viaja con Salman Rushdie a Tequila, sigue a la caravana zapatista en su ruta a la Ciudad de MĂ©xico, recupera la historia de amor de Fitzgerald y su esposa Zelda, dialoga con Bono, Peter Gabriel, Yoko Ono y Martin Amis. Las situaciones y los personajes cĂ©lebres alternan con textos mĂĄs personales: el autor recuerda a su padre durante el movimiento estudiantil del 68, descubre los recĂłnditos placeres de la computadora Apple, evoca las enseñanzas de su maestro Augusto Monterroso y emprende una arriesgada fenomenologĂa del chile.
La crĂłnica es una cacerĂa frecuentemente determinada por el azar. El expedicionario que sale en pos de un leĂłn se topa con el inesperado ornitorrinco. En su versĂĄtil recorrido, Villoro retrata a un grupo que no siempre cabe en la misma foto: cien millones de mexicanos, y traza la geografĂa humana de algunas emblemĂĄticas regiones de nuestro tiempo: el BerlĂn anterior y posterior al Muro, La Habana de todas las luces, Tijuana, la frontera mĂĄs cruzada del mundo, y el parque temĂĄtico por antonomasia, el reino gobernado por un ratĂłn de fieltro, la plĂĄstica utopĂa de Disney World.
De acuerdo con Juan Villoro los cronistas memorables son como los grandes del jazz: improvisan la eternidad. Safari accidental es un excepcional viaje en pos de esas eternidades.