Nuestra historia acompaña a los habitantes de la regiĂłn de Heuberg que movidos por hambre, necesidad y sufrimiento personal se encaminaron hacia el Nuevo Mundo en 1848. AtraĂdos pro los agentes de emigraciĂłn, habĂan hecho el arduo viaje a Hamburgo para viajar desde allĂ a Nueva York.
Los que podĂan permitĂrselo, llegaban a Hamburgo en carruajes o en barcos de navegaciĂłn fluvial. Pero muchos tuvieron que viajar a pie y luego, ya en el puerto, buscar alimentos y alojamiento hasta la salida definitiva del barco.
Los estafadores atraĂan a los desprevenidos a caros albergues y posadas donde desposeĂan a los emigrantes de su Ășltimo dinero. Menos mal que ya habĂan pagado por adelantado el pasaje. Pero ese dinero les iba a hacer mucha falta en el Nuevo Mundo.
Sin embargo, no tenĂan otra alternativa. No podĂan acampar en el puerto y dormir al aire libre durante semanas â algunos, sin embargo, tuvieron que hacerlo, pues Ă©l que ya habĂa logrado llegar hasta allĂĄ, no querĂa darse por vencido. Y entonces llegĂł el gran dĂa y los pasajeros pudieron ir a bordo y comenzar su viaje hacia un futuro desconocido.