Sergio es una de las últimas novelas de Mujica Láinez,
que permanecía inédita en España. Por si esto no avalase
ya su publicación, es quizá, como nos advierte Luis Antonio
de Villena en el prólogo, la que inaugure su último periodo
narrativo, mucho más «juguetón», pero no por ello
exento de la agudeza que caracteriza, con la elegancia,
toda su literatura.
Por si todo esto no fuera suficiente aliciente para su edición
y lectura, Sergio trata un asunto capital en la obra
del gran novelista bonaerense: la belleza, y esta como un
fenómeno deslumbrante para quienes la contemplan
cuanto atormentador para quien la posee; tanto es así
que la belleza se alza en Sergio como el único acontecimiento
que dota de sentido al anodino y hosco trasiego
de la vida.
El argumento cuenta los avatares de un joven, Sergio Londres,
codiciado por su belleza por diversos personajes
para su exclusiva posesión, ante lo que no puede sino huir
hasta encontrar el sosiego en otro ser tan hermoso como
él, Juan Malthus. Al punto que todos los jocosos cuanto
patéticos enredos, en los que se ve envuelto el protagonista,
abocan en el amor como solución; y en el caso de
Sergio Londres, en el amor homosexual.