Los sermones de esta sexta entrega de los Sermones Parroquiales fueron predicados a lo largo de seis años, entre 1836 y el decisivo 1841. La impresiĂłn es que Newman seleccionĂł con mucho equilibrio los veinticinco sermones de este volumen. Por un lado, se advierte una media de cuatro sermones por año, con la excepciĂłn de 1840 que cuenta con cinco, 1836 solo con tres, mĂĄs un imprevisto sermĂłn de 1831 sobre la Trinidad. Y por otro, se percibe una clara lĂnea temĂĄtica y litĂșrgica: los primeros siete sermones se dedican a la Cuaresma; los siete siguientes a la Pascua; los cuatro siguientes a la AscensiĂłn; los cuatro siguientes a PentecostĂ©s, y los tres Ășltimos a la Trinidad. En efecto, el cristiano comienza con la ĂĄspera humillaciĂłn de la Cuaresma y termina en la gloria del Dios Uno y Trino, pasando por la Muerte del Hombre-Dios, su ResurrecciĂłn y su marcha al seno del Padre y al amor del EspĂritu.