Maxim Durand es el nombre que se hallaba en boca de todos, pero Ă©l a su vez solo tenĂa un nombre en la suya: ÂĄCara Evans! No podĂa creerse que una simple ama de llaves hubiera heredado su viñedo, pero enfrentarse a aquella belleza inglesa no iba a ser fĂĄcil.
La inocente Cara no dudaba de que Maxim era sinĂłnimo de problemas, ÂĄy que quedaba completamente fuera de su alcance! Desde luego, no estaba dispuesta a entregarle su nuevo hogar en bandeja de plata. Pero, cuando el deseo explotĂł entre ambos, Cara tuvo que preguntarse quĂ© era lo que de verdad querĂa Ă©l: Âżla herencia que por derecho le correspondĂa⊠o a ella?