"Se levantĂł para limpiar la mesa y fue entonces cuando la vio acostada en una de las dunas que habĂa cerca de su casa. Estaba desnuda, podĂa observar su cuerpo curvilĂneo mientras se sentaba y sacudĂa la arena de sus piernas. DebĂa tener su edad, unos cuarenta años. Sus grandes senos colgaban un poco al inclinarse hacia adelante para quitarse la arena de los pies y su pelo rubio y de media longitud revoloteaba suavemente con la brisa de la mañana. No podĂa quitarle los ojos de encima. Puede que se debiera a que llevaba mucho tiempo sin ver a una mujer desnuda o simplemente se debĂa a que, como la gran mayorĂa de hombres, le gustaba ver mujeres desnudas. Se puso de puntillas para poder verla mejor y se quedĂł sin aliento al ver cĂłmo se tocaba los senos, haciendo ver que necesitaba el cariño de otra persona. Los apretĂł con fuerza y comenzĂł a mover la parte inferior de su cuerpo hacia arriba y hacia abajo mientras se levantaba un poco de arena."
Bent estĂĄ pasando una pequeña temporada en su casa de verano, ya que recientemente se ha divorciado de su mujer y estĂĄ intentando decidir si vender la cabaña en la que han pasado tan buenos momentos en familia. Una mañana cualquiera, estĂĄ tomando un cafĂ© en su terraza con vistas a la playa cuando divisa a una atractiva mujer de su edad medio desnuda, masturbĂĄndose entre las dunas del lugar. El voluptuoso cuerpo de la misteriosa mujer despertarĂĄ un deseo carnal en Bent que parecĂa haber olvidado a raĂz de la traumĂĄtica separaciĂłn.
Camille Bech es una autora danesa de cuentos erĂłticos y de romance erĂłtico. Su mundo estĂĄ lleno de pasiĂłn y deseos prohibidos.
Elle
8/17/2024
Un idea interesante, mal desarrollada y narrada. Pese a que la idea original no era mala, al mezclar el exhibicionismo y demĂĄs, se quedĂł corta y muy apura, tropezando muchas veces con la naturalidad que pudo ejecutar al desarrollar la trama. En cuanto a la narrativa... puf, mala. No es de lo peor, porque al menos tenĂa buena ortografĂa, pero la falencia en el lĂ©xico, descripciones, ademĂĄs de la repeticiĂłn de una misma palabra en un pĂĄrrafo hasta mĂĄs de tres veces, en una espantosa cacofonĂa... y para rematar, la incorporaciĂłn de tantos verbos o palabra filtros, me desesperĂł. Por supuesto, el colmo y cereza del pastel es que todo el rato el relato cuenta y casi no muestra nada, carece de diĂĄlogos al oprimirlos con el narrador que interviene a cada raro en lugar de dejar fluir a las escenas y personajes. Lo bueno es que es corto y al menos es lo suficientemente interesante para leer sus doce pĂĄginas.