Inglaterra, marzo de 1941. Virginia Woolf pasea por la orilla del rĂo Ouse. Recoge una piedra del suelo, la sopesa en la palma de su mano y observa el flujo del agua. Piensa en la feroz batalla que se desarrolla en el mundo y dentro de ella. Todo lo que la acompaùó hasta esa orilla resplandece en imĂĄgenes que representan la gran fuerza de sus sentimientos, como la pasiĂłn por su amante Vita Sackville-West, la ternura por su esposo Leonard y el dolor por el terrible luto familiar. Esos sentimientos, que volcĂł en sus obras, revolucionando la literatura y la encumbraron como una de las escritoras mĂĄs importantes de todos los tiempos.