Emma Goldman era una mujer devastadora y honesta, que se preservĂł a sĂ misma tan poco como preservĂł a cualquier otro. De su cuenta, el lector puede conocer un curioso tipo de personalidad de gran interĂŠs: una mujer que dedicĂł su vida a eliminar el sufrimiento, pero que podrĂa hacer una bomba o ayudar a organizar un asesinato. Igualmente interesantes son sus comentarios sobre otros radicales del perĂodo, como Kropotkin, Berkman, Mooney, Lenin, Trotsky, Haywood, Most, los mĂĄrtires de Haymarket y muchos otros. Su autobiografĂa, escrita con vigor, se encuentra entre las mejores de la lengua inglesa.