Acantilado

Con la sola ayuda de una grabadora y una pluma, Svetlana AleksiĂ©vich se empeña en mantener viva la memoria de la tragedia que fue la URSS, en narrar las microhistorias de una gran utopĂ­a. «El comunismo se propuso la insensatez de transformar al hombre "antiguo", al viejo AdĂĄn. Y lo consiguiĂł [
]. En setenta y pocos años, el laboratorio del marxismo-leninismo creĂł un singular tipo de hombre: el Homo sovieticus», condenado a desaparecer con la implosiĂłn de la URSS. En este magnĂ­fico rĂ©quiem, la autora reinventa una forma literaria polifĂłnica muy singular que le permite dar voz a cientos de damnificados: a los humillados y a los ofendidos, a madres deportadas con sus hijos, a estalinistas irredentos a pesar del Gulag, a entusiastas de la perestroika anonadados ante el triunfo del capitalismo, a ciudadanos que plantan cara a la instauraciĂłn de nuevas dictaduras
 «El fin del "Homo sovieticus"» es un texto extraordinario por su sencillez, que describe de un modo conmovedor la sobrecogedora condiciĂłn humana. «Pocos escritores han retratado como ella el alma de la UniĂłn SoviĂ©tica desde la II Guerra Mundial hasta la derrota de AfganistĂĄn y ChernĂłbil». Pilar Bonet, El PaĂ­s Semanal «Una escritura fascinante y polifĂłnica, cargada de tanto dolor como lucidez». Carmen R. Santos, ABC «AleksiĂ©vich no trata de elaborar una interpretaciĂłn histĂłrica, sino de dar la palabra a unos seres humanos». Juan AvilĂ©s, El Mundo (El Cultural) «Como las literaturas del Holocausto o del Gulag soviĂ©tico, estas son narraciones estremecedoras, verdaderas, que dan voz e identidad a millares de personas, y que pertenecen a una especie de periodismo profĂ©tico y trĂĄgico, que nos proporciona visiones del apocalipsis en pleno siglo XX e incluso nos advierte respecto al futuro a travĂ©s de las estampas soviĂ©ticas de la guerra o de la catĂĄstrofe». LluĂ­s Bassets, El PaĂ­s (Babelia) «Un mosaico que nos permite viajar a la pesadilla cotidiana de la poblaciĂłn de una sexta parte de la Tierra, durante y despuĂ©s del letargo soviĂ©tico». Ángeles LĂłpez, La RazĂłn «De la lectura de los libros de AleksiĂ©vich no es posible salir indemne. Todo en ellos habla de un carĂĄcter primordial del mal que no cambia, que emerge siempre a travĂ©s de las rendijas de los discursos Ă©picos, de las retĂłricas polĂ­ticas. Y que, al final, acaba por ganar la partida». Gabriel Albiac, ABC (Cultural) «Estamos ante una obra excepcional que narra hechos excepcionales. Cada pĂĄgina es una lecciĂłn de trabajo y talento, del valor de la humildad en la creaciĂłn». Francesc SerĂ©s, El PaĂ­s «La paradoja de este magnĂ­fico libro consiste en que desde la individualidad consigue un retrato completo de un rĂ©gimen que tanto hizo por anular al hombre en nombre de lo colectivo». AndrĂ©s Montes, La Nueva España «LĂ©anlo si de verdad quieren saber la tragedia que fue la URSS, la tragedia para tantos que supuso su caĂ­da, las esperanzas que nacieron, las que se enterraron, el mundo que soñaron». TomĂĄs Val, Mercurio «Innegable valor de una escritura notarial que cede el protagonismo a los testigos y viene a reivindicar la importancia de las fuentes orales—o de las vivencias de la gente comĂșn, que no aparece en los manuales—a la hora de hacer Historia». Ignacio F. Garmendia, Diario de Sevilla