Destino Clásicos

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Los artículos de Pla sobre la Alemania de preguerra, por primera vez en un libro.

«Berlín, agosto.—El catastrófico descenso del marco empieza de verdad a dar a la vida de este lugar un aspecto caótico y fantástico. No hay ningún precio seguro. Sales por la mañana de tu casa con el dinero que aproximadamente crees que te será necesario para vivir un día y te das cuenta, por la noche, de que el millón o millón y medio que te habías reservado para pagar la cuenta del restaurante no te sirve para nada. El millón se ha evaporado. Uno cree que llevaba en el bolsillo cuatro duros y la cotización de la bolsa te dice que solo tienes diez pesetas. Si te da pereza ir a casa a buscar más dinero, tienes que conformarte con reducir la cena. Esto, naturalmente, no es nada agradable.»

A consecuencia de las reparaciones exigidas a Alemania después de la Primera Guerra Mundial en el Tratado de Versalles (1919), una fuerte crisis económica provocó que, hace poco más de cien años, la moneda alemana se desplomase. Josep Pla, corresponsal en Berlín del periódico La Publicitat, fue un testigo privilegiado. Junto con el periodista Eugeni Xammar se movió por el país y comprendió con lucidez todos los matices de la situación, detectó los personajes principales (entre ellos, un «histérico del nacionalismo» llamado Adolf Hitler) y supo relatar lo que veía en unas magníficas crónicas que enviaba al periódico. Ochenta y ocho de aquellos artículos se recogen por primera vez en este volumen, que supone una aportación de primer orden a la bibliografía planiana.

Como explica Josep M. Fradera en el prólogo, el compromiso de Pla con La Publicitat era claro: «Recorrer Alemania todo lo que fuera posible, en concreto visitar las zonas más sensibles, que eran las ocupadas por los aliados. De esta forma lo presentó el periódico barcelonés a sus lectores. A diferencia de lo que era habitual en las corresponsalías más convencionales, el trabajo del periodista catalán consistía en describir la situación del país a partir de la observación cercana de lo cotidiano, no limitándose a informar tan solo de lo que se cocía en las instituciones políticas de la capital. Era necesario acercarse a la gente y a los distintos hechos que ocurrían en un espacio enorme, que estaba inmerso en una crisis social de ingentes proporciones». El resultado fueron unas crónicas de altísima calidad: uno de los puntos álgidos a los que llegó Josep Pla en el ejercicio del periodismo.