Adolfo Marsillach (Barcelona, 1928-Madrid, 2002) destacó pronto como actor de teatro, cine y televisión. Como director teatral, estuvo al frente de atrevidos montajes, como los de las obras Marat-Sade, Sócrates o Tartufo, y de innumerables clásicos, como La Celestina, El médico de su honra o El misántropo. En 1978 fundó el Centro Dramático Nacional y en 1985 creó la Compañía Nacional de Teatro Clásico. A lo largo de su carrera obtuvo, entre otros premios, el de Interpretación del Festival de San Sebastián (1959), dos premios Goya (1989 y 1992), el de la Asociación de Directores de Escena, el Nacional de Teatro (1974) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1991).