ANA OBREGÓN no ha dejado nunca de aprender: en su infancia estudió ballet y piano, y a los doce años se aplicó para hallar el mejor modo de vencer la enfermedad que la estaba consumiendo, algo que logró en gran parte gracias al afán de hacer realidad sus sueños. Desde entonces no ha parado de formarse y estudiar: primero una carrera, Biología, que la colmó hasta que el mundo del espectáculo llamó a su puerta, y después Interpretación en Nueva York y Danza en Los Ángeles para, ya como actriz, dar lo mejor de sí en su trabajo ante la cámara de la mano de directores como Fernando Colomo, Luis García Berlanga o Vicente Aranda.Ana Obregón, a quien todos creemos conocer porque se ha colado en innumerables ocasiones en nuestras casas gracias a algunos de los programas de televisión más populares de nuestro país, como la serie de su creación «Ana y los siete» o el concurso «¿Qué apostamos?», ha luchado, ha amado, ha sido amada y también ha sufrido en bastantes ocasiones. Pero de todo ha sacado alguna enseñanza y experiencia, la mejor de las cuales, según reconoce, ha sido la de ser madre. Ahora, mirando atrás, ha comprendido que en su trayectoria vital y profesional existía una sola cosa que todavía no se había atrevido a hacer: escribir un libro. Y gracias a ello por fin vamos a poder conocer a la Ana de verdad en estas páginas, en las que sin ataduras, con total libertad, desnuda su alma.