Nació en Cali en 1951 y su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. En sus veinticinco años de vida dirigió sus propias creaciones teatrales, escribió un considerable número de cuentos, mantuvo una intensa y elaborada correspondencia e incursionó en el mundo de la novela con una pasión y una urgencia sin tregua. De la misma forma, el cine fue una de sus principales obsesiones, primero como realizador, luego como guionista y por último como agudo crítico, fundador de la revista Ojo al Cine y director del Cine-Club de Cali. Se suicidó el 4 de marzo de 1977, el mismo día en que recibió la primera copia impresa de ¡Que viva la música!, la novela por la que es recordado hasta el día de hoy y que ha sido traducida a varios idiomas. Entre sus textos más destacados se encuentran los relatos El atravesado, Angelitos empantanados o historias para jovencitos y la novela Noche sin fortuna.