Al escribir este libro, los autores nos hemos encontrado de nuevo con el significado del creer. A la vez, hemos propiciado el encuentro entre tres religiones que comparten una misma raíz (el catolicismo, el judaísmo y el islam que son religiones abrahámicas) y una fuente clara de lo que nos hace humanos: el diálogo, que propicia saber más y, a partir de ese saber, nos encontramos en situación de hermandad.
Con Abraham hace camino al andar (la idea del poeta León Felipe), asumimos un camino de enseñanza. Leímos, nos confrontamos, usamos las mejores palabras a nuestro alcance y fuimos a la fuente. Y como sucede con las fuentes que no se han contaminado, de allí emanó la claridad y, con ella, regresamos a un camino fundamental para ser en el mundo. Así, al seguir las huella del camino de Abraham, nuestro andar es más seguro, los encuentros más proveedores y la lejanía más cercana.