El presente escrito, surgido a partir de una reflexión sobre la situación política actual, y nutriéndose del pensamiento del filósofo francés personalista Jacques Maritain, se propone demostrar que sin el concepto de persona humana todas las acciones del hombre pierden por completo su sentido originario.
En este libro el autor trata de reconstruir una especie de unidad del saber en torno al tema de una estética de la belleza, vista como un complejo teórico-práctico de múltiples inserciones, que van desde la relación entre individualidad personal y comunidad política, a las dimensiones éticas y pedagógicas de la experiencia humana. En la obra el autor se propone demostrar que la consideración de persona humana desde el sentido ético, estético y pedagógico permite la construcción de una ciudad más bella en un marco político.