Tocando el respaldo de una cama y haciendo sonidos con la boca, Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia inventaron su primera canción. De los Pseudopillos pasaron a llamarse Los Vinchukas, para convertirse posteriormente en Los Prisioneros, la banda más importante de los 80 y quizás de la historia del rock nacional. Con letras punzantes y una lucidez excepcional, lograron expresar con fuerza el sentir de los chilenos marginados por el sistema político-económico en temas como "El baile de los que sobran, "Muevan las industrias", "Por qué no se van", "Sexo", "Quieren dinero" o "Maldito sudaca", entre muchos otros.
La voz de Jorge González, sanmiguelino nacido en 1964, hijo de un vendedor de timbres de goma y una costurera, continúa alzándose como una voz crítica del poder y los privilegios, de a injusticia y la hipocresía. Este libro da cuenta de las circunstancias que formaron su carácter, aborda las polémicas en que se ha visto involucrado y se detiene en su carrera solista, que lo reafirma como un adelantado a su época. También están los pasajes menos conocidos de su vida: el matrimonio con Jacqueline Fresard, la artista hija de un subsecretario de la dictadura; los numerosos desencuentros con su sello discográfico en los 90; o su internación por drogas en una clínica cubana.
Estas páginas proporcionan un recorrido vibrante por la vida y obra de un músico que no solo marcó una generación, sino que les sigue hablando, con su espíritu contestatario y libre, a los chilenos que hoy pueblan las calles.