Soy un voyeur. Eso quiere decir que me gusta mirar, y en mi oficio eso es una bendición.
Soy uno de los propietarios del Club Juegos Prohibidos, y me siento cómodo manteniéndome al margen. Es lo que se me da bien: trabajo mejor solo.
Pero un día me topo con una aplicación para ver a mujeres a través de una cámara, y me encuentro contemplando a la única persona a la que no debería mirar: mi hermanastra.
Esto supone tres grandes problemas: uno, Mia y yo no nos soportamos; dos, ella no tiene ni idea de que yo soy el hombre que está al otro lado de la pantalla, y tres, me estoy enganchando a la aplicación… y a ella.
Mia me hace desear algo que me juré que no volvería a hacer: abrirme y conectar con alguien emocionalmente. Me estoy enamorando de ella, pero ella se está enamorando del hombre misterioso que pretendo ser.
Si quiero que todo salga bien, voy a tener que hacer algo más que mirar.
Pero ¿hasta dónde seré capaz de llegar para seguir contemplándola?





Nancy
19/10/2025
Esas voces que te hacen dudar hay que darles un golpe y meterlas en una caja para que no salgan de ahí. Pero a veces son más fuertes y salen para jodernos la vida. Lo bueno es que a veces llega alguien que te cambia esa mala cabeza. Gracias por tan buena historia. Me gustaría escuchar más historias de los dueños y amigos del club juegos prohibidos
Estrella
17/10/2025
Una buena historia, diferente de todas las escuchadas hasta ahora pero muy recomendable
Surima
13/10/2025
🥰🥰🥰🥰🥰
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