Cuidar el planeta puede sanar dolencias como el individualismo y el consumismo, y ayudar a descubrir el valor de cada criatura más allá de su utilidad. Tras subrayar la delicada armonía natural que contiene la naturaleza, este libro invita a promover una cultura del cuidado y de la solidaridad que escuche el "clamor de la Tierra y de los pobres" y supere la "globalización de la indiferencia".
Sus autores defienden que el amor es el motor de esta transformación, y conduce a una vida más plena, sencilla y feliz. Cuidar la Tierra herida es, en definitiva, una invitación a la reflexión y a la acción para asegurar un futuro sostenible.











