Jamás pensé de esta manera sobre el amor y otras cuestiones del alma. Nunca, hasta el momento en el que lo vives y te das cuenta de que no se trata de pensar en el tema, sino de ver a tu ser sumergido en emociones que recorren, sin darte cuenta, una fina línea en la que eres el protagonista que elige entre el destino y el albedrío para, al final, ser y hacer todo lo que sueñes, desees y crees para ti.