Amelia ha heredado el rancho de su madre de forma repentina. Siempre pensó que tendría más tiempo para hacer otras cosas en su vida, antes de tener que asumir esa responsabilidad, pero su prematura muerte le ha obligado a ocuparse de Liberty, la propiedad por la que han luchado todas las mujeres McQueen durante generaciones. Volver al rancho, también significa ver a Eric de nuevo, y es muy consciente de que no está preparada para ello. Todavía no… Junto al resto de bienes de su madre, hereda el diario de su tatarabuela Jane. Un libro que contiene mucha información, y secretos, de sus antepasados que desconocía. En 1895, Jane solo puede aspirar a cuidar de su padre enfermo, mientras sobrevive a un invierno más en Lake City. Hasta que sus esperanzas renacen con el regreso de Tom al pueblo, para hacerse cargo del rancho de sus padres, y, quizás, pueda haber algún cambio en la vida de Jane. Quizás… A su edad, si no consigue pronto algún pretendiente, su padre lo arreglará con quien él piense que estará segura, cuando le fallen las fuerzas. Un «arreglo» con la cabeza, olvidándose del corazón de Jane. Dos tiempos, dos mujeres y un rancho familiar que ha vivido más historias de las que aquí puedo contar.