Victor Frankenstein comienza sus experimentos enel terreno de la anatomÃa en un granero de una aldea apartada, Headington, no lejos de Oxford. Elforense de la localidad le surte de los cadáveres que necesita, aunque muchas veces hayan fallecido de forma violenta y se encuentren incompletos o en estado de descomposición. Decide, pues, llevarse sus turbinas, piletas y fluidos eléctricos aotra parte, una tejera abandonada en el barrio de Limehouse. Una vez instalado, entrará en contacto con los sacamantecas, los resurreccionistas. Victor paga más que cualquier hospital por los cadáveres de personas recién fallecidas. Aun asÃ, no le resulta fácil hacerse con ejemplares en perfectas estado…, hasta que un dÃa, de madrugada, a orillas del Támesis, mientras embozado aguarda enel embarcadero de madera, oye el chapoteo de unos remos y, a pesar de la falta de claridad, en lapopa de una barca que se acerca,contempla el cadáver de un joven apuesto que desliza una mano en el agua…