Este libro aborda el tema de las pinturas rupestres desde el campo de la historia con el apoyo de diferentes disciplinas con la finalidad de lograr las lecturas de algunos lienzos de piedra de diferentes sitios de la península de Baja California. En esa búsqueda el autor incursiona en el tema del poblamiento temprano de la península y la posible autoría de las pinturas rupestres por diferentes grupos indígenas como los cochimiés, guaycuras y pericués, así como grupos anteriores. Relata acerca de ellos algunos de sus mitos fundacionales y su relación con sitios rupestres del área serrana de Guadalupe y San Francisco, particularmente los del cañón de Santa Teresa y San Borjita. En esa búsqueda la investigación logra establecer una relación entre formas monumentales de carácter sagrado que se localizan en la región austral con las de las sierras centrales de la península. En esta investigación se aprovecha la información de los primeros informes y cartas del periodo misional que comenzaron a realizarse con motivo de la fundación del Real de Guadalupe en La Paz, San Bruno, y la misión de Loreto. La lectura del paisaje como un asunto vinculado al ritual encuentra en este relato su relación con formas pictóricas monumentales que son estudiadas desde la manifestación de lo sagrado del mundo indígena. Este libro aporta como novedad interpretaciones a partir del encuentro de una forma gigantesca de serpiente que aguarda desde el fondo de la cueva de San Borjita y que hasta hoy había pasado desapercibida.