China, siglo XIII. La guerra contra los mongoles es un eco lejano todavía, mientras la pacífica existencia de Akame transcurre entre hierbas curativas y las clases de medicina que imparte su padre a un grupo de estudiantes. Acaba de cumplir diecisiete años y es la única descendiente de su linaje. Lo que más desea es llegar a ser la sexta generación de médicos del clan Zeng. No en vano ha recibido una esmerada educación. Nada hace presagiar el modo en que cambia su vida con la llegada de un hijo varón a la familia. Su sueño se convierte en algo inconcebible para una mujer que debe someterse a la estricta disciplina de las tradiciones: el vendado de los pies, los casamientos forzados y el deber de tener hijos varones. Una cultura patriarcal que la obliga a la sumisión absoluta y la renuncia. Sin embargo, para alguien que ha nacido bajo el signo del tigre, no es tarea fácil doblegarse. Porque ser mujer no le prohíbe tener sueños. Podrán negarle practicar la medicina, privarla del amor verdadero, truncar sus esperanzas y su fe en sí misma, pero su auténtico destino le asignará el lugar que le pertenece en una sociedad que se lo ha robado todo. Mas un giro inesperado pone en peligro el futuro por el que tanto ha luchado.
Algo temible se aproxima: las hordas de Kublai Kan están sembrando de cadáveres el camino que lleva a la capital del Imperio, y lo harán de manera lenta e implacable. Sus órdenes: que no quede ni un solo miembro de la dinastía Song del Sur bajo el cielo azul.