El príncipe Demyan Zaretsky haría lo que fuera para proteger a su país. De modo que seducir a Chanel Tanner sería fácil, y casarse un desafortunado efecto secundario del deber. Sin saberlo, Chanel tenía en sus manos la estabilidad económica de Volyarus… y él debía asegurarla.
Sin revelar su identidad ni su propósito, Demyan se propuso un plan de seducción destinado a hacer que Chanel se enamorara perdidamente de él. Pero, cuando supo que que ella era virgen, descubrió algo que creía no tener: conciencia. Y el plan dio un giro inesperado. Un giro que aquel príncipe despiadado no había anticipado.