Se asocia frecuentemente a Henry David Thoreau tanto con la desobediencia civil, en un contexto de lucha contra la esclavitud y la guerra en unos Estados Unidos que se estaban formando, como con la atracción que sintió por la vida de los indios. Pero lo cierto es que este observador de la naturaleza y el comportamiento humano abordó en su día todo lo que hoy es importante para nosotros. En Walden, pero también en el resto de sus libros, diarios y cartas, habló desde una perspectiva autobiográfica de la amistad, el amor, la economía, la educación, la política, la religión, la hipocresía social… Siempre asentándose en ideas firmes y practicando la austeridad, confiando en los sentidos y la intuición, con la voluntad de hacer de su presente algo que le trascendiera.
El triunfo de los principios es una biografía de Thoreau y a la vez un recorrido por sus reflexiones y experiencias, un cuestionamiento de nuestra vida actual desde la ocurrida a mediados del siglo xix en un pequeño pueblo de Massachusetts, Concord, donde también residieron Emerson, Hawthorne y L. M. Alcott. La inteligencia y belleza de sus escritos, en los que destaca el tono irónico o contundente sobre sus conciudadanos, su fe en la autoconfianza, en la bondad como la mejor inversión, en la eliminación de las necesidades autoimpuestas, nos sugerirán comprender, por decirlo con sus palabras, la esencia de la vida, y hacer del carpe diem, la sinceridad y la sencillez un faro de comportamiento y pensamiento cotidiano.