El viaje literario de Eduardo Gómez (Miraflores, Boyacá, 1932) ha sido largo, extenso, consistente y está signado por una fina sensibilidad y un
profundo conocimiento en que lo dionisiaco y lo apolíneo convergen. Su obra se inscribe de manera singular en la literatura colombiana de la segunda mitad del siglo xx e inicios del xxi por su valioso aporte poético, pues se trata de un escritor que ha renovado en el país la poesía, la crítica literaria y recientemente la narrativa a través de la escritura de una significativa novela que pertenece al Bildungsroman, La búsqueda
insaciable (2013), obra de amplio aliento poético que viene a llenar un vacío en las letras del país, reacio a la novela de aprendizaje o formación que alberga la poesía. Su actividad como humanista, artista, intelectual y pensador en el terreno social y cultural ha sido constante, intensa y fructífera. Un testimonio fehaciente de lo afirmado es su amplia y profunda obra ensayística y de creación literaria que incita gozosamente a la lectura tanto de los textos del autor como a la relectura de los grandes Ensayos Colombianosclásicos que nos propone desde una renovada perspectiva.
