En el emprendimiento se conjugan diversas variables que van desde lo personal (actitud emprendedora) hasta lo estructural (ecosistema emprendedor). Se quiere hacer la diferencia entre el emprendimiento como tal y el emprendimiento empresarial, para no caer en el error de entender que el emprendimiento solo corresponde a quienes crean empresa, pues, hay diversas clases de emprendimiento que coinciden en una finalidad productiva y beneficiosa para la sociedad.
En la primera parte, se presenta el emprendimiento con la intencionalidad de desligarlo del concepto de empresarismo, aunque su evolución indique que desde el principio ha tenido una connotación económica y empresarial. Diferencia, que es necesario tener en cuenta en muchos aspectos como el formativo, pues brinda una mayor posibilidad de aprovechamiento del emprendimiento de las personas y una orientación distinta a lo económico y empresarial, que en muchas ocasiones provoca distorsiones en su aplicación con consecuencias negativas para el colectivo. En la segunda parte aparece el concepto de emprendimiento empresarial o empresarismo, asociándolo a la cultura emprendedora y a las competencias emprendedoras y empresariales para facilitar un proceso de formación y aprendizaje. Dado que no se trata de acciones o situaciones aisladas, sino como partes integrales de un proceso, en la tercera parte se trata el ecosistema emprendedor, complementando los conceptos anteriores y como condición necesaria para poder orientar el emprendimiento hacia fines socialmente productivos.