La Revolución de Julio es la cuarta novela de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
En esta entrega vuelven las memorias de nuestro héroe, el actual marqués de Beramendi, José García Fajardo. El protagonista parece sufrir fuertes ataques de melancolía y aburrimiento. Ha madurado y se ha hecho más escéptico y liberal, posiblemente como contrapeso a la conservadora familia a la que se ha integrado, con su matrimonio feliz a pesar de haber sido de conveniencia. Gran mujer la que le ha tocado, María Ignacia de Emparán, que se ha convertido en una verdadera compañera y cómplice. Y en su personaje vuelve a presentarnos el autor un nuevo caso de mujer fuerte, de mujer que se salta todas las normas y convenciones sociales.
Con todo, la búsqueda de una antigua amiga con la que de joven había flirteado, llevará a Fajardo a ser, involuntariamente, testigo directo de una insurrección popular que se llamará la Revolución de Julio y que inclinará la balanza a favor de O'Donell, tras una sublevación militar que llevaba el camino de tantas otras. Pepe García Fajardo hace una confesión clara pero dura contra los de su condición social. Arremete contra la burguesía al mismo tiempo que exalta la valiente decisión del pueblo de unirse a la causa revolucionaria que cree en una España de nuevos horizontes.
Galdós nos vuelve a demostrar el dominio que tiene en la descripción de estos acontecimientos, y además comienza a hacerse patente algo que se irá acentuando en los episodios posteriores: una visión más amarga de España, a la que se nos pinta dividida en dos bandos opuestos que irremediablemente conducen a enfrentamientos fratricidas.