La obra pertenece al domino de la epistemología, concretamente, a una de sus subáreas más recientes: la epistemología naturalizada. Uno de sus problemas centrales es la evaluación crítica de las formulaciones más influyentes de epistemología naturalizada, a la luz de la cuestión de si las herramientas de la epistemología tradicional son suficientes para resolver ciertos problemas, o en realidad tales problemas son filosóficamente irresolubles porque solo la ciencia tiene la autoridad para resolverlos.
Frente a las variadas formulaciones que se examinan en este libro, defenderé una propuesta que plantea la posibilidad de articular una epistemología naturalizada sin necesidad de prescindir de los desarrollos de la ciencia ni de las herramientas de la epistemología tradicional. Una de las consecuencias de mi planteamiento es que puedo mostrar las limitaciones de la tesis naturalista quineana, según la cual la epistemología naturalizada debe eliminar cualquier explicación metafísica para comprender ciertos fenómenos y acudir más bien a la ciencia empírica para obtener explicaciones correctas. A pesar de que en la literatura hay planteamientos, como los de Susan Haack, que van en la misma dirección que yo sigo, mi propuesta naturalista moderada se puede distinguir de la suya porque además de ser "aposteriorista, reformista y restringida", reconoce claramente que no se pueden excluir algunos elementos del conocimiento a priori, por lo que el enfoque naturalista que planteo queda mejor expresado como: "aposteriorista, parcialmente a priori, reformista y restringido". Mi propuesta ofrece una epistemología naturalizada que no privilegia ni el aposteriorismo ni el apriorismo, lo que la hace moderada y alternativa.