Lady Wharton tenÃa dolor de cabeza, como siempre le sucedÃa tras los primeros dÃas en Londres. El ajetreo, el ruido y los imprevistos le provocaban un molesto dolor en la nuca. Aun asÃ, le gustaba recostarse en el sofá mientras sus hijas parloteaban revoloteando por el salón de mañana».
Emma es la mayor de las Wharton y ha crecido ocultándose de las miradas ajenas con vestidos de cuello cerrado y mangas largas. A Emma le gusta escribir y ha utilizado sus letras para vengarse de Edward Wilmot, el hijo bastardo del conde de Kenford. Pero la joven Wharton no ha tenido en cuenta a quién se enfrenta y sus actos van a tener consecuencias del todo inesperadas para ella y para todos los que la rodean.
«—Gracias, señor Wilmot, ha sido usted muy amable por traerme a casa y por evitar que hiciera el ridÃculo más espantoso. Buenas noches.
—Puede llamarme Edward —dijo él sin borrar aquella terrible sonrisa que le gustarÃa tanto arrancarle de un puñetazo.
—Gracias, señor Wilmot —repitió con cinismo—. Espero que no volvamos a vernos durante el verano y, una vez terminado, tampoco».
Emma guarda un recuerdo del pasado que la hiere en lo más hondo cada vez que está frente a Edward Wilmot. Y al conde bastardo no le gusta nada que le digan lo que no debe hacer o a quién no debe acercarse.
«—Odias los bailes.
—Odio mucho más esta clase de situaciones. En el baile, al menos, podrÃa librarme fácilmente de personas indeseadas.
—Emma no es una persona indeseada. Es una mujer culta y agradable.
—Cuando dices culta quieres decir resabida y en cuanto a lo de agradable, vamos a dejarlo.
Carol
26/6/2024
Excelente
Araceli
2/6/2024
Excellent
NataliaPaulina
8/5/2024
Me gustó muchÃsimo, esta autora en verdad es increÃble 😊