Luka está teniendo un día de perros: se ha quedado sin gasolina y se ha visto obligada a dar un largo y «agradable» paseo (con tacones y por una carretera en mal estado) hasta la gasolinera. Para colmo de males, allí se encuentra con un graciosillo que presencia divertido cómo acaba tirada en el suelo del aseo lleno de «fluidos insanos». Un tipo encantador —es un decir— que se ríe (a carcajadas) de ella.
Más tarde, ya repuesta del percance, acude a la fiesta de Halloween de su barrio disfrazada de C3PO y dispuesta a pasárselo bien. Todo va como la seda hasta que se encuentra con un Drácula, que no es otro que el tipejo de la gasolinera. Luka se propone odiarlo, pero él despliega todo su encanto y resulta que ya no es ni tipejo ni graciosillo, sino un hombre fascinante que además está más bueno que un queso.
¡Y qué narices! Bajo las placas de metal de su disfraz hay carne, y la carne es débil ¿no?
Maga
2/11/2024
Ame a Alex y Luka
MG
1/12/2023
Sexo amor y humor. Me ha encantado. A por el siguiente.
Marta
23/7/2023
He llegado a la pág. 200. Un diálogo muy entretenido. Pero me he perdido con el argumento
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