Si algún axioma es digno de alta consideración en la Pedagogía es el de la fuerza que pueden llegar a ejercer las relaciones sociales en la construcción del conocimiento. De ahí la importancia de analizar la experiencia de estudiantes pertenecientes a familias en situación de vulnerabilidad. Bajo la premisa de que también en esas familias y en sus entornos comunitarios existen recursos educativos valiosos, con los que hemos de contar y saber aprovechar en las escuelas para beneficio de la infancia y de sus progenitores en un ejercicio de empoderamiento que puede alcanzar a un más completo sentido de desarrollo profesional en el profesorado.
La innovadora propuesta que se desarrolla en este libro, es una invitación de viaje al interior de los hogares de niños y niñas en riesgo de exclusión, en los que urge probar estrategias de reconocimiento desde el registro de capacidades en las propias unidades familiares.