Las garantías del proceso civil no se pueden cambiar ni dejar de aplicar, a diferencia de los principios procesales que, por la influencia de los cambios jurisprudenciales, fueron teniendo deformaciones que se justificaron con distintas razones. Actualmente, los principios podrían entenderse como garantías que no se modifican (v.gr.: independencia e imparcialidad) o interpretarse en el campo de las reglas, siendo así más flexibles (v.gr.: congruencia), si con ello se tienen resultados más justos y equitativos.
La tesis del libro plantea que los principios procesales están en retroceso para instalarse, según los casos, como garantías o reglas. La jurisprudencia agregada al final de cada capítulo es un testimonio que confirma el aserto.