No sé cuándo me enamoré de ella.
Quizá fue cuando habló de nuestra tortuga, o cuando bailé con ella por primera vez, o mientras manteníamos conversaciones con sabor a Oreo…
Lo que sí sé es que no puedo vivir sin ella.
He regresado y la quiero recuperar.
A ella.
A la chica de la sonrisa infinita.
Charo
23/6/2023
Me ha gustado mucho
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