En la primavera y el verano de 1898 España se agita en convulsión extrema: el 14 de julio los norteamericanos entran en Manila y el 17 de julio se rinde Cuba. Por vez primera los intelectuales hablan con nombre y voz propia para exhibir una trágica palabra: Desastre. Los nuevos protagonistas intelectuales convierten en emblema generacional una idea: la regeneración pasa por Europa. Ábranse las ventanas, clama Unamuno. Las pensiones de la Junta para Ampliación de Estudios llevan a las universidades europeas a una élite juvenil que de vuelta importará las vanguardias del conocimiento y el avance de los últimos saberes. La política en este nuevo escenario es entendida como pedagogía política y la prensa Sé convierte en el lugar preeminente de la acción política: Faro, Europa y España son los principales órganos de intervención periodística de la Generación entre 1907 y 1915. Este ensayo profundiza en los orígenes políticos de la Generación del 14 y explica cómo cobra vida en las páginas de la prensa una aventura intelectual, colectiva y política en los últimos momentos de la Restauración y en los albores de la Segunda República. Aunque la aventura generacional se cierra para siempre en el verano de 1936, tanto el sueño de una democratización cultural y cívica como la idea de una política en la que los valores fundamentan los actos resuenan con ecos plenos de vigencia.