Santiago de Chile, 1863. Todo está cambiando a un ritmo vertiginoso para las ahora excolonias españolas. Pero para Josefa Sáenz Urriez, la heredera del mayorazgo Sáenz, todo se reduce a una noche, la del trágico incendio en la iglesia de La Compañía, cuando perderán la vida su madre, su abuela, su amado Miguel y, sin saberlo, un hijo que lleva en su vientre.
La vida de Josefa, así como la de todo el pueblo chileno, quedará partida en un constante antes y después marcado por ese suceso. Desterrada y lejos de su familia, Josefa tendrá que aprender a vivir con sus pecados, sus triunfos y sus errores. Pues ningún infierno es peor que el que se forja uno mismo.