La hija de las flores o Todos están locos (1852) es una obra de teatro escrita por Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las más destacadas dramaturgas hispanas de todos los tiempos.
La hija de las flores cuenta la historia de una mujer joven que, abandonada siendo aún una bebé en el jardín de una casa de campo, es adoptada por dos criados que la bautizan con el nombre de Flora.
El origen de la joven Flora resulta ser el misterio que atraviesa toda la obra. Don Luis y el Conde (mentor del primero) van a visitar la casa de campo donde Flora vive. Allí se reunirán con Doña Inés para finalizar los últimos arreglos del matrimonio desigual (por la diferencia de edad e intereses) entre esta última y Don Luis.
En la obra es claro que Luis y Beatriz no desean casarse. Sin embargo, por no romper con las convenciones sociales establecidas piensan continuar adelante con los planes de este matrimonio por conveniencia.
Un día, cuando Luis camina por el campo encuentra a Flora. Inmediatamente se enamora de ella. A la vez, Flora también se enamora de él y así comienzan las complicaciones o los enredos de esta comedia.
En La hija de las flores el conflicto creado se debe a la individualidad de los personajes y a su confrontación con estructuras sociales predeterminadas, que promueven la sumisión de hombres y mujeres. A lo largo de los tres actos que dura la comedia, Gertrudis Gómez de Avellaneda critica la hipocresía social, la discriminación hacia la mujer y los matrimonios arreglados.