«Yo celebro que Emma Bovary –ha escrito Vargas Llosa– en vez de sofocar sus sentidos tratara de colmarlos, que no tuviera escrúpulo en confundir el cul y el coeur, que, de hecho, son parientes cercanos, y que fuera capaz de creer que la luna existía para alumbrar su alcoba.»
«Será el primer caso, creo, de novela en que se hace burla de la heroína y de su galán. Pero la ironía no perjudica al pathos; al contrario, la ironía subraya el aspecto patético», escribió Gustave Flaubert en el largo proceso de redacción (1851-1856) de La señora Bovary. Alarmados por su «invencible tendencia al lirismo», algunos amigos le habían aconsejado centrarse en «un tema banal, uno de esos sucesos que abundan en la vida burguesa». Al final, tanta sujeción al «tema banal» y tanta refutación del «lirismo», volcadas en la historia de un adulterio en una ciudad de provincias, escéptica ante el espíritu romántico tanto como ante el científico, le valieron un proceso por «ofensa a la moral y a la religión».
No han dejado de correr ríos de tinta en torno a La señora Bovary, que hoy presentamos en una nueva traducción de María Teresa Gallego Urrutia. Defendida en su día por Baudelaire y Sainte-Beuve, reivindicada por Zola y el naturalismo, rescatada por Sartre y los autores del nouveau roman, admirada por Nabókov, es aún hoy un modelo central de lo que debe y no debe ser una novela. La historia de un adulterio en una ciudad de provincias, sin grandes personajes ni ambientes fastuosos, tuvo un aspecto tan realista que las instituciones se vieron agredidas y abrieron un proceso judicial contra el autor, del que saldría absuelto y que le reportó una fama sin precedentes.
Janire
30/9/2021
4'5 estrellas para este clásico que tanto he disfrutado. La señora Bovary nos narra la vida conyugal de Emma y Charles Bovary, así como, sus relaciones con sus vecinos y su día a día. La miga de este libro es Emma, ella lleva el peso de la historia y de la narración, todo gira entorno suyo. Hay infinidad de criticas hacia este personaje y, a ver, es comprensible que caiga mal, pero desde mi humilde opinión es uno de los mejores personajes que hay en la literatura. Emma desde el principio es una mujer muy soñadora, siempre sueña con vivir en una vida que es muy complicado poseer. Ella vive acorde a sus sueños y eso hace que viva casi siempre por encima de sus posibilidades y que prácticamente no se de cuenta de que las acciones que está llevando a cabo le traerán consecuencias nefastas. También es egoísta y caprichosa y su bienestar está por encima del de cualquiera. Ha sido un personaje que me ha despertado numerosos sentimientos desde lastima hasta rabia pero ahí radica su magia. Es un personaje lleno de claroscuros y muy complejo. El contrapunto es Charles, hombre soso y plano donde los haya pero que despierta lástima y ternura a lo largo de las cuatrocientas páginas que conforman esta historia. Esta historia es un culebrón en toda regla que te mantendrá enganchado a sus páginas con el firme deseo de conocer qué ocurrirá. Es muy ágil de leer y está escrito de una forma muy bella y clara. hay partes aburridas en la trama que ralentizan el libro
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