Trevia es la única persona que ha entrado en Kargen y ha vuelto para contarlo. Pese a haberse retirado hace ya tiempo, no puede evitar asumir la responsabilidad de acabar para siempre con la mayor amenaza para los niños de Larda, Veria y el Thrais: Urboja, el Dios Hambriento. Así, a regañadientes, se embarca en la que espera que sea su última empresa… y que podría serlo en un sentido muy distinto al que desea.
Jugando con habilidad con los clichés de la fantasía épica clásica y la estructura del "quest", M. C. Arellano construye una historia sólida y con personajes creíbles en la que la reflexión va de mano de la aventura. No es la paz lo que espera al final del viaje del héroe, ni su grial la resplandeciente Verdad que nadie refuta. Tal vez solo sea la libertad de criterio, incómoda y molesta, la recompensa por realizar la tarea que nadie más está dispuesto a emprender.