Del análisis minucioso realizado por la autora queremos destacar el que hace sobre los sujetos especialmente vulnerables (mujeres, niños y niñas) y las formas que propone para percibir y reducir la vulnerabilidad. También el análisis de la trata de personas como un proceso (con sus modalidades de explotación sexual y laboral ilegal).
Se atreve a formular propuestas metodológicas para una legislación y una política eficaz contra la trata. Y para eso repasa las realizadas en el derecho comparado en esta etapa contemporánea.
En ello nos parece encontrar buenos argumentos para cuidarse de que se solidifiquen nuevas representaciones de "lo femenino", que puedan ser usadas para profundizar especiales situaciones de vulnerabilidad. Abandonar la idea de "mujer" permite analizar las necesidades de mujeres concretas, e intentar desarrollar políticas y leyes que reduzcan sus vulnerabilidades y que, por lo menos, no las reproduzcan y amplíen.