Hablar de fútbol en Colombia o en cualquier parte del mundo parecía un mundo recóndito reservado para los hombres. Sin embargo, nosotras, las pocas que hemos venido durante años ganando espacio para poder hablar con propiedad, quitándonos el estigma de que estamos hechas sólo para hablar de "noticias light" que nos distancian de la opinión.
Desde que comencé este camino del periodismo deportivo, no ha sido fácil; y no solo por ser un espacio del que los hombres se apropiaron, también por las repercusiones que tiene hablar de algo "exótico" en eventos sociales. Con el paso del tiempo he tomado distancia de los momentos en los que los hombres deciden interrogarme; por curiosidad, por probarme o simplemente por la sorpresa que genera poder hablar con propiedad de un fuera de lugar, de que no fue gol de Yepes o del proceso de un técnico. A eso, súmenle la predisposición de nosotras mismas, las mujeres que creemos que llegó una intrusa robarse la atención. Pues niñas, eso se acabó… Esas situaciones incómodas me inspiraron a compartir con ustedes el secreto mejor guardado.