"Hace muchos años que escribo, buscando volcar lo que siento, buscando expresarme, conocerme... darle voz a mi sentir. La escritura ha sido mi gran compañera, cómplice de mi alma, amiga íntima de mi ser. Me ayudó a comprenderme, o a ver que pude crear algo con eso que me resultaba muy fuerte dentro de mí. Me ayudó a apreciar la belleza en medio del dolor, en medio de la tristeza, y también a potenciar la alegría de vivir. Escribir siempre me rescató y me condujo a acercarme más a mí misma".
"A lo largo de las páginas, María nos propone hacernos preguntas constantemente, aun cuando creemos saber las respuestas. Los invito a recorrer cada párrafo, producto de noches de desvelo, amaneceres de esperanza y atardeceres sublimes" (Gabriela Rodríguez Querejazu).